Expresar con palabras qué sensaciones me ha provocado conocer el conjunto montañoso de las Dolomitas, ubicado en los Alpes Orientales italianos, va a ser complicado, pues sin duda se trata de una maravilla de la naturaleza, que ofrece verdaderos paisajes de ensueño para descubrir a través los propios ojos de cada uno.
El viaje que voy a describir es lo que yo misma he vivido al acercarme a esta región en furgoneta desde España y usando esta como mi alojamiento y lugar de descanso nocturno en compañía de mi pareja. Toda una aventura que ha durado cuatro días y que espero que te sirva de orientación si alguna vez decides acercarte a esta bella zona alpina, que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Vídeo de cuatro días en las Dolomitas
¿Por qué las Dolomitas?
A pesar de conocer otras regiones alpinas, como Suiza o parte de los Alpes franceses, este enclave era desconocido para mí hasta que empecé a ver fotografías de paisajes impresionantes en las redes sociales. Entonces empecé a indagar, algo innato en mí debido a la profesión de periodista que ejerzo, y descubrí que esos lugares de ensueño eran reales y se hallaban en Italia.
Así es cómo aprendí que se trata de un conjunto montañoso ubicado en los Alpes orientales del país de la bota y cuyo nombre se debe al mineral principal que predomina y que le confiere ese singular color gris pálido: la dolomita.
Déodat de Dolomieu descubrió el mineral dolomita que se llamó así en por su apellido.
Este mineral lo descubrió en el siglo XVIII, Déodat de Dolomieu, un naturalista francés, que se dedicó a estudiar por primera vez esta clase de roca y por ello, en su honor, terminó llamándose dolomía. Es decir, una roca sedimentaria de origen químico compuesta de dolomita, cuya composición química es carbonato de calcio y magnesio. Esta es la que provoca que las Dolomitas adquieran un tono entre rojizo y anaranjado cuando el sol sale y se pone, y sus rayos se reflejan sobre el mineral de las formaciones.

El conjunto alpino de las Dolomitas abarca más de 140.000 hectáreas, de modo que engloba tres regiones Veneto, Trentino-Alto Adige y Friul-Venecia Julia, y cinco provincias Trento, Bolzano, Belluno, Pordenone y Údine, y un terreno que ocupa un pequeña extensión de Austria: las Dolomitas de Lienz.
El turismo es el principal medio de vida de sus habitantes, como pude comprobar al ser bastante evidente, no solo por la cantidad de hoteles que tiene cada pueblo, sino por las infraestructuras que hay para fomentarlo, desde la variedad de teleféricos que suben a las cumbres, los caminos acondicionados para practicar senderismo en todos los niveles, los autobuses que conectan cada enclave, hasta los aparcamientos de pago y otra serie de detalles.
Además, es importante mencionar que aquí se halla una de las mayores zonas de esquí de Europa y la mayor de Italia, la Dolomiti Superski, que posee más de 1.200 kilómetros de pistas para practicar este deporte.
Comienzo del viaje por las Dolomitas
La carretera que seguí para alcanzar la región de las Dolomitas fue la que recorre la costa azul francesa. Atravesé la frontera por La Junquera (Gerona) e hice mi primera parada ya en Francia en Le Perthus. Dormimos al lado del Fuerte de Bellegarde, una fortaleza del siglo XVII con mucha historia. Esta construcción militar fue tanto española como francesa, hasta que finalmente el país galo se hizo con ella.

Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió como campo de internamiento en los primeros meses de 1939. Algunas informaciones afirman que la Gestapo la utilizó como cárcel, y también tuvo otros usos como el de hospital.
Trento es una de las puertas de entrada a las Dolomitas.
Tras esta primera parada, nos dirigimos a la localidad de Trento, considerada uno de los puntos de entrada a las Dolomitas, pues desde su situación se accede con cierta rapidez a algunos de sus lugares emblemáticos. Además, es un área rica en la producción de lácteos, manzanas y vino, algo que aprecié en los márgenes de la carretera donde abundan principalmente cultivos tanto de manzanos como de vides.
La naturaleza que la rodea ya te va avisando de las maravillas que vas a encontrar en cuanto te adentres en las cadenas montañosas de los Alpes italianos. Cerca de donde descansé, en Sopramonte, en los alrededores de Trento, hay caminos por los que pasear, donde pude constatar esta realidad.
Allí mismo me topé con una zona donde te explican que hay osos en los alrededores, de hecho con posterioridad he descubierto que han tenido problemas con algunos ataques y por ello sacrificar a alguno de los ejemplares.

El siguiente destino al que nos dirigimos fue el Lago di Carezza (Karersee), para ello pasamos por Montagna, donde ya se atraviesan macizos montañosos llamativos, o aparecen las primeras torres picudas características de sus iglesias, como en Aldino.
A continuación, en Nova Levante pude ver uno de los conjuntos montañosos representativos de estos Alpes: las torres de Vajolet y la cima Catinaccio. Ahora bien, si quieres contemplarlos de cerca tienes que coger alguno de los funiculares que te suben al macizo y que salen bien de la propia Nova Levante, Carezza o Vigo de Fassa, principalmente, y hacer andando alguna de las sendas que te llevan a la formación.
Al famoso Lago di Carezza, también se le conoce como el lago del Arcoiris.
Aquí se encuentra el famoso Lago di Carezza, también conocido como el lago del Arcoiris. Al principio, hay un primer aparcamiento de pago que cuando yo llegué tenía plazas libres así que no lo dudamos y aparcamos la furgoneta, ya que no íbamos a estar mucho tiempo y la hora se cobra a dos euros. Si no, tienes otras opciones gratuitas tanto en Carezza como en los alrededores, pero tendrás que andar unos 20 minutos hasta el lago.
El entorno es precioso, pues de fondo se ve una formación característica de las Dolomitas llamada Latemar, que se refleja en el agua verdosa del lago. No tenía mucha agua y estaba medio nublado, de modo que cuando salía el sol adquiría unas tonalidades de ensueño. Aquí es donde he conseguido alguna de las mejores imágenes y vídeos de las Dolomitas, porque el resto del viaje no tuve tanta suerte y estuvo nublado y lloviendo… Así que el tiempo me permitió andar alrededor del lago y contemplarlo desde todas las perspectivas posibles.
Con la esperanza de que escampara continuamos por Vigo de Fassa, San Giovanni di Fassa y nos detuvimos en Mazzin donde comimos en un amplio parque en el que había rutas para hacer en bici o andando, y esto último fue lo que nosotros hicimos. Lamentablemente el tiempo empeoró después, pero esto no nos detuvo y lo que vimos a continuación me dejó sin palabras.

Pasamos por Canizei,donde las montañas seguían mostrándose orgullosas, hasta llegar a Selva di Val Gardena, lugar en el pude ver de cerca los macizos de Sella, Sassolungo y Puez, que son los que me dejaron sin habla. Aunque aquí hacía frío y llovía tuve que detenerme un rato para hacer fotos y grabar en los momentos en los que la lluvia me lo permitía, pues el paisaje lo merecía.
Como empeoró y ya estaba anocheciendo nos desviamos del que iba a ser nuestro destino siguiente, Ortisei, y continuamos por el lado contrario de la carretera en dirección a Corvara in Badia y Badia, donde buscamos una zona para dormir.

Segundo día: lagos y Funes
Al día siguiente, teníamos ganas de ver algún lago, así que nos dirigimos en dirección a Cortina d’Ampezzo hacia el lago di Landro. Desde este se ven las conocidas Tres cimas de Lavadero, pero el día estaba tan nublado que no fue posible. Aquí nos detuvimos muy poco por el tiempo desapacible, y lo mismo nos sucedió con la siguiente formación acuosa, el lago di Dobiacco. Este me gustó algo más, pero aún así tampoco pude apreciarlo en su plenitud. Cabe decir que en ambos lagos hay aparcamientos de pago, y se puede andar alrededor de sus orillas.
Desde aquí fuimos hacia Funes y su famoso valle porque acoge una de las estampas más conocidas de las Dolomitas, la de la iglesia de San Giovanni o St. Johann, un construcción blanca que destaca sobre un inmenso prado verde y a cuyo fondo se ven los picos Odle. Nosotros solo vimos la iglesia y el prado, porque el cielo estaba completamente cubierto y resultó imposible dsifrutar del paisaje de forma íntegra.

La iglesia de San Giovanni o St. Johann, un construcción blanca que destaca sobre un inmenso prado verde.
Aquí nos llevamos una sorpresa porque además de pagar por aparcar (hay hasta tres aparcamientos), si quieres ver la iglesia por dentro, tienes que abonar también una cantidad (4 euros por persona). Decidimos no hacerlo porque en este caso nos pareció abusivo, pero parece ser que es así porque se halla en una granja privada.
Luego nos dirigimos hacia el Lago Misurina que es uno de los más bonitos, o al menos eso me pareció a mí, entre otras cosas porque sobre él asoman las Tres Cimas de Lavadero y al norte del mismo está el camino que se dirige hacia ellas. Este lago es el más grande de la región de Cadore en la provincia de Belluno, y se encuentra a 1754 metros de altura. Al este se encuentra la Cadini di Misurina y al sur el Grupo del Sorapiss.
El lago Misurina es el más grande de la región de Cadore en la provincia de Belluno.
Bordeando el lago hay un aparcamiento de pago, además de hoteles, restaurantes y tiendas. Se puede caminar a su alrededor como en los otros lagos y por su zona norte surgen senderos y rutas que se introducen en las montañas. Igualmente, se ha acondicionado un terreno donde pueden pernoctar campers y caravanas, y desde este punto se puede coger el autobús público que sube a Lavadero.

Como curiosidad añadir que este lago de las Dolomitas posee un clima singular y único en Italia. Tiene un aire tan saludable y excepcional que se recomienda en ciertas afecciones respiratorias. Es por ello, que cerca, en lo que fuera la antigua residencia donde veraneaba la realiza italiana, se encuentra el centro Pío XII, para el abordaje del asma infantil.
Esa noche dormimos por la zona porque queríamos acercarnos pronto a ver las famosas tres cimas , ya que a pesar de ser temporada media-baja, la verdad es que había bastante gente y no queríamos quedarnos sin plazas en el aparcamiento que hay (el único) para acceder a esta conocida ruta de las Dolomitas.
Tercer día: Marmolada y Tres cimas de Lavadero
El día siguiente amaneció igual de oscuro que el precedente de modo que decidimos variar la ruta con la intención de volver por la tarde a ver si teníamos más suerte. Así es como nos dirigimos hacia la Marmolada (3.343 metros), la montaña más alta de estos Alpes italianos.
De camino nos topamos con el bello enclave de Col Gallina en el puerto de Falzarego. Nos detuvimos un momento en esta pista de esquí y subimos la empinada cuesta, a pesar de quedarnos sin resuello, para contemplar de cerca algunos de los picos más llamativos de las Dolomitas: al norte está el Lagazuoi que se eleva junto al majestuoso grupo Tofane, al sur Cima Gallina y Croda Negra dominan el refugio que hay ubicado en la base (abajo, donde se aparca), y desde el que la mirada se dirige hacia Averau, Nuvolau y Cinque Torri.

Alleghe es uno de los tantos pueblos idílicos que tiene la región.
Después de empaparnos de estas bellas vistas, volvimos a la carretera y pasamos por Alleghe, uno de los tantos pueblos idílicos que tiene la región. Bajo sus pies surge un lago con su mismo nombre y está bordeado por el Monte Civetta.
Luego atravesamos Rocca Pietore, de nuevo Canazei, el pueblo más famoso del Val di Fassa y una conocida zona de esquí de los Alpes italianos. Desde aquí nos dirigimos al mirador de la Marmolada en el Passo Fedaia donde hay un gran lago rodeado de estas majestuosas montañas. Este es fruto de una presa construida en los años 50 y está a 2.054 metros de altitud.
La Marmolada es la montaña más alta de las Dolomitas.
Por este asfalto nos topamos con unos cuantos deportivos haciendo exhibición de sus potentes coches, algo bastante habitual en las Dolomitas y sus sinuosas carreteras, según pude comprobar en más de una ocasión.
Desde aquí se puede visitar, en la estación del teleférico de Serauta, el Museo Marmolada Grande Guerra 3000m, el museo más alto de Europa. Esta zona fue un lugar estratégico durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) donde se desarrolló una importante actividad bélica. En él se recoge todo lo que implica la convivencia entre “el hombre, la montaña y la experiencia emocional de la guerra”.

Con la esperanza de que hubiera escampado y tras comer entre semejante paisaje montañoso, retomamos el camino hacia las Tres Cimas. En este trayecto pasamos por Cortina d’Ampezzo, una de las localidades turísticas más importantes de los Alpes Dolomitas, sobre todo para los amantes del esquí, lugar lleno de vida y escenario de diversas películas como La pantera rosa (1963) o Máximo riesgo (1993).
Cortina d’Ampezzo, una de las localidades turísticas más importantes de los Alpes Dolomitas.
Ya de nuevo en Misurina cogimos la carretera que va hacia las Tres cimas pasado el camping de autocaravanas y campers. En este trayecto se pasa por Auronzo di Cadore donde está el lago di Santa Caterina. Desde aquí salen rutas y se puede disfrutar del paisaje desde otro ángulo.
Para ver las Tres Cimas de Lavadero y aparcar en la zona habilitada hay que pagar un precio según el vehículo
Al poco se llega a un peaje. Para ver las Tres Cimas de Lavadero y aparcar en la zona habilitada hay que pagar un precio según el vehículo que lleves. Si además te quieres quedar a dormir en tu camper o furgoneta deberás volver a pagar porque solo es válido hasta las 12 de la noche. Antes de pagar el peaje, que en nuestro caso fue de 30 euros, tendrás que esperar cola, que será más o menos larga en función de la afluencia de gente.

La carretera que lleva al aparcamiento y que es donde se encuentra el refugio de Auronzo, posee una pendiente importante, y tiene también pronunciadas curvas. Una vez dejamos el coche nos dirigimos a este refugio, en el que hay un mirador y desde donde parte el camino hacia las tan renombradas cumbres de las Dolomitas.
Una vez más no tuvimos suerte porque la niebla era espesa y densa, pero a pesar de ello lo intentamos. Hubo un momento en el que las rocas mostraron sus formas y color: al apartarse la niebla ligeramente pude intuir la inmensidad que me rodeaba, pero solo fue ese instante y ya no hubo más.
Alcanzamos el primer hito del camino, la Cappella degli Alpin. Durante un tiempo esta zona perteneció al imperio austro-húngaro (condado de el Tirol), de hecho verás muchas zona de las Dolomitas donde se habla alemán y los nombres de los pueblos están tanto en este idioma como en italiano, además suelen ser bilingües.
La capilla es obra dos bersaglieri (cuerpos de infantería) del ejército italiano entre 1916-1917, tal y como se recoge en una especie de lápida que hay al lado de la iglesia, con fotos de los dos autores. En 1964, se reconstruyó.
Estas montañas fueron escenario de varias batallas entre italianos y austrohúngaros.
Como estas montañas fueron escenario de varias batallas entre italianos y austrohúngaros durante la Primera Guerra Mundial, la iglesia se dedicó originalmente a María Auxiliadora.
Hay algunas losetas de piedra donde aparecen nombres de soldados que perecieron allí o de personas que murieron a consecuencia de algún accidente como reza una lápida escrita en alemán. También pude ver una placa en conmemoración de Paul Grohmann (1838-1908), un montañero y escritor austriaco que fue el primero en subir algunas de las cimas de las Dolomitas, además de crear en 1862 el Austrian Alpine Club, el segundo club de montañismo del mundo, tras la fundación del British Alpine Club en 1857.
Decidimos seguir, ya que el camino es sencillo y espacioso hasta llegar al refugio Lavadero, donde ya nos detuvimos. Para obtener unas vistas aún más impresionantes es recomendable continuar hasta el mirador Forcella Lavadero, pero como la tarde era cada vez más oscura, optamos por regresar.

Cuarto día: Ortisei
El último día lo reservamos para Ortisei y coger algún teleférico para contemplar las formaciones montañosas de la zona en toda su magnitud. Finalmente nos decantamos por uno que subía en dirección a Monte Sëuc – Alpe di Siusi. Esta área se halla en la meseta de Sciliar y es la meseta más grande, con 52 km2 de pastos de montaña. Se sitúa además sobre el Val Gardena en el que se asienta Ortisei, el principal pueblo de este enclave, a unos 2005 metros de altitud.
La meseta de Sciliar y es la meseta más grande, con 52 km2 de pastos de montaña.
Las vistas desde arriba son increíbles y en esta ocasión sí nos hizo sol. De fondo se ven distintos grupos de montaña desde el Grupo Sella y el Grupo Sassoung, hasta el Catinaccio y el Sciliar, que enmarcan todo el Alpe di Siusi.
Desde Ortisei es habitual coger el funicular a Seceda donde se observan otras formaciones y todo el valle desde un ángulo diferente.
El pueblo es encantador y da gusto pasear por él, algo que te recomiendo. De hecho, hay una pequeña ruta muy agradable que recorre el viejo trayecto del ferrocarril Chiusa-Val Gardena, y que enlaza el municipio con Santa Cristina Val Gardena. A través de unos paneles explicativos te cuentan su compleja historia.

En este punto es donde concluye mi viaje de cuatro días por las Dolomitas. Como apunte y por si te sirve de información adicional, indicarte que la vuelta no la hice por la costa sino por Grenoble, es decir, por el interior y recorriendo parte de los Alpes franceses. No obstante, en este trayecto los peajes son más caros.
Datos prácticos y ubicación
| Con niños | Aparcamiento |
|---|---|
| La zona está preparada para hacer un turismo en familia. | Hay muchos lugares para aparcar tanto gratis como de pago. La disponibilidad depende de la época del año que se vaya. Yo fui en septiembre (primera semana de 2024). Por otro lado, encontré siempre espacios gratuitos para dormir en la furgoneta en todos los lugares que visité. |
En el mapa he puesto Trento como punto de partida, ya que es el lugar donde yo comencé este viaje de cuatro días por las Dolomitas.
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