Viaje de dos días a Edimburgo

Una ciudad única y singular y, sin lugar a dudas, paraíso de los amantes de Harry Potter. Edimburgo es un lugar que si te gusta viajar resulta una opción interesante para conocer. Al no ser muy grande se puede ver en poco tiempo, al menos para una primera toma de contacto y para empaparte de lo más importante. Mi viaje de dos días por Edimburgo es lo que te voy a contar a continuación, con todas las singularidades y datos a tener en cuenta si visitas la capital escocesa en alguna ocasión. 

Vídeo de mi viaje de dos día a Edimburgo

Tocando tierra: en el aeropuerto

El aeropuerto de Edimburgo está a unos 14,5 kilómetros (9 millas) del centro de la ciudad. Existen varias opciones para trasladarse al mismo, como el tranvía o distintas líneas de autobuses. Yo escogí el autobús Airlink cuyo billete compré en su misma página online un día antes de partir. Te recomiendo que si es un viaje de dos días por Edimburgo como el mío, lo compres de ida y vuelta porque resulta más económico. Igualmente, si lo prefieres, cuando llegues al aeropuerto hay máquinas para adquirir el billete y hay personal del mismo que te puede indicar cómo hacerlo. 

Nada más salir del aeropuerto verás unas enormes letras con el nombre de la ciudad, que mucha gente aprovecha para hacerse fotos. Después todo está muy cerca, tanto el tranvía como la parada de autobús. Solo deberás andar unos metros hacia la izquierda. Está perfectamente indicado.

El aeropuerto de Edimburgo está a unos 14,5 kilómetros (9 millas) del centro de la ciudad.

Mi vuelo llegó cerca de las ocho de la tarde (hora local), y ya era noche cerrada. Allí anochece muy pronto, pues alrededor de las cuatro de la tarde ya no hay luz, al menos en diciembre, que es cuando yo fui. Mi parada era la última del autobús Airlink, Edinburgh Waverly, la estación de tren histórica, en el centro. 

Navidad en Edimburgo

Alojarse en un hotel céntrico es una de las claves si quieres maximizar el tiempo, por eso yo escogí uno cerca de la famosa Royal Mile, la calle más emblemática de la ciudad vieja. Nada más bajar del autobús vi la enorme noria y el mercadillo navideño que habían instalado en los jardines ubicados al pie del castillo. Además, el archirrenombrado monumento de estilo gótico al escritor escocés Sir Walter Scott, autor de Ivanhoe, Rob Roy, The Lady of the Lake, entre otras novelas históricas, estaba iluminado para la ocasión, por lo que todo tenía un aspecto bastante pintoresco.

Alojarse en un hotel céntrico es una de las claves para dos días en Edimburgo.

La primera calle que atravesé bajo la oscuridad ya reinante fue Cockburn street, cuesta arriba y en curva. Sus edificaciones grises, altas, así como algunos callejones o closes, como ellos los llaman, tan característicos de la Ciudad Vieja, ya aparecieron ante mí nada más dar mis primeros pasos por la capital de Escocia. 

Tras dejar las mochilas en el hotel, lo primero que hice fue acercarme al mercadillo navideño. Como ya estaban a punto de cerrarlo pude disfrutarlo ya que no había mucha gente, y así es como descubrí el colorido nocturno de Edimburgo en Navidad. 

Royal Mile Edimburgo

Royal Mile


Edimburgo está dividido en la Ciudad Vieja (Old Town o Casco Viejo) y la Ciudad Nueva (New Town), ambas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995. La ventaja para los visitantes es que las dos están en paralelo, exactamente una al lado de la otra, y separadas por la estación que se halla en el medio, al igual que los jardines al pie del castillo, los Princes Street Gardens

La calle principal de la Ciudad Vieja de Edimburgo es la Royal Mile, que va desde el Castillo hasta el Palacio de Holyroodhouse. Esta calle mide exactamente una milla escocesa 1.814,2 metros. Yo la recorrí primero en dirección al castillo, uno de los monumentos que te acompaña a lo largo de toda la estancia en la ciudad, pues se halla en lo alto de una colina y fue el origen de la misma. De hecho, Edimburgo fue creciendo desde este peñasco de origen volcánico hacia abajo, algo que allí se conoce como crag and tail, es decir, peñasco y cola. Es algo que apreciarás claramente una vez estés allí. 

La Royal Mail se divide en cuatro calles: Castlehill, Lawnmarket, High Street y Canongate, y además de distinguirse por sus edificios característicos destaca por sus callejones (closes) y patios (courts). En mi primera caminata por esta calle me dirigí hacia la catedral presbiteriana de Saint Giles, patrón de Edimburgo, y, por tanto, hacia el castillo o peñasco. Aquí ya descubrí los primeros callejones (todos tienen sus nombres) y patios.

La calle principal de la Ciudad Vieja de Edimburgo es la Royal Mile.

En esta dirección se encuentra también The Real Mary’s King Close, un conjunto de callejones del siglo XVII, lleno de mitos y leyendas. Las visitas son solo guiadas y el coste es bastante elevado. Yo decidí dejarlo para otra ocasión, pues vi que las críticas no eran muy buenas. Es decir, que la relación calidad-precio, no era muy equitativa. 

Viaje de dos días por Edimburgo

La catedral de Saint Giles se puede ver sin coste alguno. Su torre es llamativa porque tiene forma de corona real. Por dentro, para mí lo más llamativo son sus vidrieras, la Capilla del Cardo y su órgano central. 

Después continué por la Royal Mile y me sorprendió la torre de Highland Tolbooth Kirk, la aguja octogonal de más de 70 metros, que ennegrecida por la humedad y el paso del tiempo da un aire especial al entorno. 

Viaje por Edimburgo

Victoria Street y Harry Potter

Aquí me desvié para conocer Victoria Street, que según dicen es una de las calles más fotografiadas de Edimburgo. Sus tiendas con escaparates de llamativos colores son uno de sus atractivos pero también la cafetería Elephant House, donde la escritora J.K. Rowling, escribió sus libros de Harry Potter. Además, este lugar fue la inspiración de la autora para crear el callejón Diagon, mítico en estos libros. Esta calle concluye en Glassmarket, antiguo mercado de ganado y lugar de ejecuciones públicas.

Caminando hacia la izquierda se halla el cementerio Greyfriars, tétrico a más no poder, pero que forma parte de la singular belleza de Edimburgo. Aquí podrás ver la lápida del perro Bobby. Según se cuenta estuvo junto a la tumba de su amo durante 14 años hasta que finalmente falleció en 1872. Los símbolos de calaveras que aparecen a lo largo de este camposanto hacen del lugar más espeluznante si cabe.

Victoria Street, es una de las calles más fotografiadas de Edimburgo.

Después me dirigí hacia la Universidad de Edimburgo, a cuyo patio te recomiendo que accedas, pues es precioso, aparte de las vistas que ofrece la aguja gótica de Highland Tolbooth Kirk con su reloj en el centro. 

Universidad de Edimburgo

New Town de Edimburgo

A continuación seguí bajando por la calle Mound en dirección a la zona nueva y la Princes Street, que ya pertenece a la New Town. Toda esta parte es igual de bonita, pero hay variaciones respecto a la Old Town. Aquí los edificios no son tan altos, y las calles son más amplias. Están llenas de comercios y restaurantes.

Las tres calles principales de la New Town son Princes Street, George Street y Queen Street, y confluyen en Charlotte Square. Desde aquí puedes seguir hacia la zona conocida como Dean Village, que es lo que yo hice.

Dean Village tiene su origen en una aldea del siglo XII. 

Por el camino, te encuentras con más edificios singulares como el Museo de Johnny Walker. Dean Village tiene su origen en una aldea del siglo XII que se levantó a orillas del río Water of Leith y que aprovechó la corriente del agua para construir varios molinos. Con ellos los edimburgueses estaban provistos de harina. Ahora es un barrio curioso, que tiene además un paseo tranquilo en la vereda del río, ideal para desconectar del ajetreo de las calles céntricas. 

Viajes de dos días por Edimburgo

Calton Hill 

Al final de Princess Street se encuentra Calton Hill, una colina con interesantes vistas y varios monumentos. A lo largo de este tramo de la calle me encontré con la espectacular fachada del hotel Balmoral, donde J.K. Rowling terminó de escribir Harry Potter. También entré en el Old Calton Cementery. Este me resultó algo menos fantasmal, tal vez por las vistas que ofrecía de la ciudad. 

En la colina hay varios monumentos, pero yo ante todo disfruté de las distintas vistas de las dos ciudades y de la puesta de sol, aunque esta fue relativa porque había algo de nubes y el poco sol que quería asomarse apenas mostraba sus rayos. Igualmente fue un momento bonito, que aconsejo a todo el que viaje a este enclave urbanita. Desde este punto se aprecia una elevación montañosa que fue un antiguo volcán y que configura el Holyrood Park. Aquí se encuentra Arthur’s Seat, el punto más alto de la ciudad.

Lo más bonito de Calton Hill son las vistas.

La segunda jornada de este viaje de dos días por Edimburgo lo dejé para terminar de ver el otro lado de Royal Mile y el Castillo. En cuanto a la Royal Mile, decir que sigue mostrando callejones diversos y edificios singulares, como el de la Old Royal High School. La calle termina en el Palacio de Holyroodhouse, lugar en el que se aloja la monarquía cuando visita Escocia y que también se puede ver, pero que yo decidí dejar para otra ocasión. 

Castillo de Edimburgo

Castillo de Edimburgo

El castillo de Edimburgo es el origen de la Ciudad Vieja y de hecho cuando entras tienes la sensación de estar en una pequeña ciudad medieval, más que en una fortaleza. Desde aquí parte la Royal Mile, por lo que no tiene pérdida y además al estar en un peñasco es una construcción que ves constantemente casi desde cualquier punto de la ciudad. 

Las entradas solo se venden online en su página web. Yo las tuve que comprar en el momento con el móvil porque no me daban otra alternativa. Tal vez en otras épocas se pueden adquirir en las taquillas. Hay visitas con guías en distintos idiomas que puedes contratar al igual que audioguías. El recorrido lo marcan unos carteles numerados que tienen una pequeña explicación. 

El castillo de Edimburgo es el origen de la Ciudad Vieja.

De este enclave, lo que a mí me resultó más destacable fueron las vistas, el cementerio de perros y el Mon’s Meg un cañón de asedio del siglo XV. También algunas estancias como las antiguas prisiones o la sala donde están las Joyas de la Corona conocidas como Honours of Scotland, formadas por la Corona, el Cetro y la Espada del Estado y que, por cierto, no se pueden grabar o fotografiar. La estancia llamada Great Hall me resultó llamativa por su decoración y la colección de armas que presenta. 

Castillo de Edimburgo interior

El resto del día lo aproveché para seguir callejeando. Entré en la iglesia Tron Kirk, en cuyo interior hay varios puestos a modo de mercadillo con productos artesanales. Como curiosidad añadir que entre los souvenirs típicos de Escocia además de las conocidas faldas escocesas (kilts), descubrí que allí veneran mucho a la Highland Cattle una raza de vaca originaria de las Tierras Altas de Escocia, pues hay todo tipo de objetos en los que aparece representada. 

Datos prácticos y ubicación

Si viajas a Edimburgo debes estar siempre pendiente del tiempo. Suele hacer frío y llover, aunque yo tuve suerte porque cuando fui en Diciembre solo cayeron unas gotas por la tarde y las temperaturas no eran extremadamente bajas.


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