Las murallas, puertas y fortificaciones de Alarcón se asoman sobre el río Júcar

En el recoveco de un meandro que forma el río Júcar a su paso por tierras conquenses, se eleva el pueblo de Alarcón. Sobre un peñasco surge este pueblo medieval, cuya orografía singular y sus peculiaridades arquitectónicas lo convierten en un atractivo lugar. Ideal para escaparse durante unas horas de la cotidianidad. 

Vídeo de Alarcón (Cuenca)

El meandro del río Júcar

Al margen de la historia que encierra este pueblo medieval de Cuenca, de origen íbero y romano y después ocupado por los árabes, destacan las vistas que ofrece desde distintos puntos. La primera se produce un poco antes de entrar en el pueblo. Para ello hay que desviarse y dejar el coche aparcado en la gran explanada que hay frente a la hoz del Júcar. 

El meandro que forma el río resulta embriagador y lo más llamativo. Una Torre se erige en ruinas y muestra apenas un vestigio de lo que pudo haberse construido en épocas pasadas. Esta forma parte del conjunto defensivo de la villa que además del castillo estaba constituido por las murallas y fortines que rodeaban la ciudad. 

Para defender los caminos de acceso y los dos puentes (Picazo y Tébar), se construyeron fortificaciones de camino o aproche, conocidas como Torres del Cañavate y del Campo.

Fortificación de Alarcón Cuenca

En el siglo XIV se construyó el castillete del Alarconcillo, una torre caballera flanqueada por otras cuatro torrecillas adosadas y con recinto propio. Su función principal era evitar que el enemigo pudiera situar armas de asedio en esa zona. Esta se ve desde la lejanía, pero hay caminos que te llevan hasta esta edificación. 

En las murallas se abren varias puertas, llamadas así: de Chinchilla, del Bodegón, del Calabozo, de la Traición y del Río. 

Antes de callejear por la pequeña villa medieval conquense, te aconsejo hacer una nueva parada. Justo antes de la Puerta del Calabozo. Aquí puedes aparcar un momento el coche o acercarte andando, y deleitar a tus sentidos. Está el Mirador de la Reina Leonor de Plantagenet, que ofrece una perspectiva diferente del río Júcar que adapta su curso a la caprichosa naturaleza.

A continuación puedes seguir con el coche y aparcarlo en un aparcamiento que hay al final de la calle.

El pueblo de Alarcón

Lo primero que vimos fue la plaza Don Juan Manuel que tiene varios edificios significativos. Uno de ellos es la Iglesia de San Juan Bautista. De ella, decir que alberga una pintura mural patrimonio de la UNESCO (yo no la pude ver porque estaba cerrada). Aquí está también el porticado edificio del Ayuntamiento con cinco arcos carpanales.. Es el palacio del Concejo y de estilo renacentista.

Ayuntamiento de Alarcón Cuenca

Después, yo seguì caminando hacia extramuros, en dirección al río, y me topé de nuevo con el río Júcar y su serpenteante caudal verdoso. Desde aquí se ve también la Puerta del Río

En un murete de este punto se puede leer una frase de Don Juan Manuel, noble y literato de los siglos XIII y XIV, vinculado a la villa.

A lo largo del pueblo aparecen más reflexiones del autor de El conde Lucanor, su obra más famosa, entre otras. Ideas escritas que me llamaron la atención. Aquí te dejo algunas: 

Si algo muy provechoso tú puedes hacer, no dejes que con el tiempo, se te pueda perder. 

Aunque muchas cosas parezcan sin razón, miradas más de cerca (qué verdaderas son).

Frase de Don Juan Manuel en Alarcón Cuenca

Si continúas por esta calle verás que asoma la Iglesia de Santo Domingo de Silos, que se encuentra en una especie de plaza. Sin embargo,  fue la Iglesia de Santa María del Campo la que más me llamó la atención. Es del siglo XVI y tan solo se construyó en 45 años, una cantidad inferior a la media de la época. Todo un hito.

La portada del mediodía, plateresca y monumental, surge en un lateral. Al estar elaborada bajo un arco triunfal de medio punto que se sustenta sobre dos columnas, posee un aire aún más grandioso. Es preciosa y llama la atención por su profusa decoración con casetones.

Tampoco pude ver su interior, pero dicen que impresionan sus enormes bóvedas en tres naves de igual altura, las grandes columnas y su retablo mayor, entre otros.

Pórtico de Castillo de Alarcón Cuenca

El castillo y otras curiosidades

La calle en la que se halla este pórtico conduce al castillo. Este es de origen árabe y perteneció al Marqués de Villena, como el castillo de Belmonte o el de Garcimuñoz (todos en Cuenca). Actualmente es un parador de turismo y no se puede visitar. Solo el patio de la entrada donde también hay un restaurante. 

Tras una vista rápida de la fortaleza, me acerqué al mirador de La Peña, que está a unos pocos pasos, para seguir empapándome del bello meandro y del río Júcar. 

Castillo de Ayuntamiento de Alarcón Cuenca

La iglesia de la Santísima Trinidad, otro de los monumentos que se pueden visitar, está justo en el lado opuesto (por donde se accede al aparcamiento). 

Durante el paseo por el pueblo descubrí además una curiosa casa con pinturas murales de animales en su fachada. 

Por otro lado, si te has leído El Regalo de Eloy Moreno, verás que hay una ruta marcada donde se destacan los lugares que aparecen en esta novela cuya trama se desarrolla en Alarcón. 

Desde este enclave, parten diversas rutas de senderismo, dentro de los que se conoce como el Camino Natural del Río Júcar. Este discurre prácticamente en paralelo al río durante 220 km en su tramo comprendido en la provincia de Cuenca. 

Uno de los caminos que salen del aparcamiento en el que dejamo nuestro vehículo, lleva hasta la Ermita de Nuestra Señora de la Orden o la Puerta de Chinchilla.

Datos prácticos y ubicación

Con niños Aparcamiento
En el pueblo hay dos, uno al final y otro en la zona del castillo.

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