Entre una vegetación frondosa, de un verde intenso, surge el castro de Taramundi, conocido como Os castros. Es uno de los mayores de la zona interior del occidente de Asturias, donde suelen ser de menores dimensiones que los ubicados en las costas, como sucede con el de Cabo Blanco en El Franco o El Esteiro en Tapia de Casariego. Yo lo descubrí en mi viaje hacia la costa asturiana, siendo este el primer lugar donde me detuve y en el que me encontré con diversos rincones de interés.
Vídeo de Taramundi y su entorno
Castro de Taramundi
El castro de Taramundi se halla en el concejo asturiano del mismo nombre en la comarca Oscos – Eo, y colinda con la provincia de Lugo. Llegar a este yacimiento es sencillo, pues está perfectamente indicado a través de diversos carteles.
La palabra “castro” provine del latín castrum, es decir, “fortificación” y responde a un poblado característico de la Edad del Hierro. Estos yacimientos se localizan tanto en la costa, en pequeñas penínsulas o cabos, como en el interior, donde suelen situarse en colinas o sobre espolones desprendidos de cordales montañosos, lugares casi
siempre fácilmente defendibles de forma natural.
Os castros se sitúa unos 230-250 metros sobre el nivel del mar.
Os castros se sitúa unos 230-250 metros sobre el nivel del mar y abarca un superficie de dos hectáreas. Las excavaciones arqueológicas comenzaron en el año 2000. Estas han mostrado hasta el momento que durante unos mil años, desde finales de la Edad del Bronce (siglos IX-VII a.C.) hasta el siglo II d.C., el poblado estuvo ocupado por sucesivas generaciones que dejaron su impronta en las defensas, en sus casas y talleres, proporcionando un testimonio histórico de gran relevancia para el conocimiento de las últimas fases de la Prehistoria asturiana y los primeros contactos con el mundo romano.

Como todavía queda bastante por excavar no se sabe mucho de cómo pudo ser en la Edad del Bronce. Lo que se conoce por el momento es que el asentamiento primitivo ocupó la parte más oriental del sitio arqueológico y estaba defendido por uno o dos fosos. Posteriormente, en la Edad del Hierro (siglos VII a.C- I d.C.) lo fosos se rellenaron. El castro entonces creció hacia el norte, oeste y sur. Finalmente, en época romana se incrementó de nuevo la superficie habitada, pero esta vez hacia las zonas occidental y meridional.
En total, se han exhumado una docena de edificios organizados.
En total, se han exhumado una docena de edificios organizados, una sauna castreña, varios tramos de calles y de fortificaciones de diferentes épocas (Edad del Hierro, época prerromana y romana). Hay unos paneles explicativos a lo largo del mismo (de los que he se sacado la información para escribir este artículo), y una pasarela de madera sobre la que caminar a la par que se observan los restos.
El acceso a Os Castros es gratuito. En la Oficina de Información Turística de Taramundi se encuentra una exposición permanente del castro y se pueden adquirir audioguías para quienes estén interesados en conocer la historia de este mágico lugar.
Después me di una vuelta por el concejo. Hay varios museos como el Museo de Cuchillería de Taramundi, donde se muestra todo lo relacionado con el oficio de cuchillero. En las tiendas de recuerdos se venden distintos tipos de cuchillos con el sello de la región.

Molinos de Mazonovo y Teixois
Aunque el tiempo no acompañaba mucho, quise conocer algún otro enclave de la zona, por eso me acerqué al Museo de los Molinos de Mazonovo, a orillas de los ríos Turía y Cabreira, y que está en la misma carretera del castro. El museo es privado y la entrada tiene un coste. Cuando yo llegué estaban cerrando. En su interior se pueden ver varios molinos restaurados, siete manuales, seis hidráulicos, tres creados para niños y un par de ellos especiales, de tamaño natural.

Para terminar la visita me acerqué a ver el Conjunto etnográfico de Teixois, a unos pocos kilómetros. Se trata de una aldea declarada Bien de Interés Cultural en el marco de la Biosfera de Oscos, Eo y Terras Buró. Aquí también es posible descubrir, previo pago, un conjunto de elementos hidráulicos en estado natural y conocer cómo era su funcionamiento. Se muestran un mazo, un molino, una rueda de afilar, una mini central eléctrica y un batán. Todos ellos restaurados desde 1989. Tampoco pude verlo porque ya estaba cerrado.
Lo que más me llamó la atención de esta zona y, en general, de Taramundi fue su entorno natural.
Datos prácticos y ubicación
| Con niños | Aparcamiento |
|---|---|
| Se puede aparcar en todos los puntos indicados con comodidad. |
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