Aunque el Valle del Jerte es conocido principalmente por el espectáculo blanquecino que ofrecen sus cerezos en flor, lo cierto es que los pueblos y el paisaje que los rodea tienen su encanto en cualquier época y momento del año. Pasear por cada uno de sus rincones es una experiencia para los sentidos. Cuando termina la floración se pasa del blanco al verde y la visión que presenta este singular valle sigue siendo igual de encantadora. Es en este momento cuando yo lo visité por primera vez. En esta ruta en coche propongo cinco pueblos en los que detenerse y callejear sin más: Tornavacas, Jerte, Cabezuela del Valle, Navaconcejo y Valdastillas.

