Así son las casas cueva de Alcalá del Júcar, sus calles y el castillo

Sus casas blancas y escaladas a lo largo del monte que las sustenta, muchas de ellas convertidas en casas cueva, el puente sobre el río Júcar, la torre de la iglesia de San Andrés y su castillo, que se halla en lo alto presidiendo lo descrito, es lo que define el Conjunto Histórico Artístico de Alcalá del Júcar (Albacete). Todo esto es lo que contemplarás en un primer momento desde la lejanía mientras te acercas en coche por la carretera CM-3201, que es por donde llegué yo procedente de otro bonito pueblo de la región Aýna. En este camino, hay un mirador donde puedes detener el vehículo para ver de lejos la villa y dejar volar la imaginación antes de adentrarte por el entramado irregular y en pendiente de sus calles.

Vídeo de Alcalá del Júcar

Alcalá del Júcar ya impresiona desde ese mirador que hay al margen de la carretera, pero lo que no te dejará indiferente son sus zigzagueantes calles. Antes de llegar al puente romano que se halla sobre el río Júcar y que separa la parte moderna de la antigua, hay que dejar el coche en los aparcamientos habilitados, que por cierto todos son de pago (se cobra una cantidad fija por 24 horas).

Lo primero que atraviesas es el puente que aunque se le tilda de “romano” realmente no lo es, porque se cree que se construyó entre los siglos XIV y XV. En esta época fue además un punto aduanero (puerto seco) al ser paso entre el Camino Real de Castilla hacia Levante. Aquí las vistas del río y, de nuevo, del pueblo merecen que te detengas un rato.

Vista de Alcalá del Júcar desde el castillo

A partir de este punto ya solo resta comenzar el ascenso hacia la derecha y alcanzar el castillo que se ve en lo alto (este fue mi objetivo) a la par que te adentras en el entramado estructural de casas cueva que forma Alcalá del Júcar. Es lo que hice yo y lo que te recomiendo, porque aunque las cuestas son pronunciadas resultan uno de los elementos más característicos de este pueblo albaceteño.

Iglesia de San Andrés en Alcalá del Júcar

El primer monumento con el que te topas es la iglesia de San Andrés y su impresionante torre. Y a medida que vas ascendiendo te encontrarás con la posibilidad de visitar distintas casas cueva.

Casas cueva de Alcalá del Júcar

Las casas cueva constituyen una de las singularidades de Alcalá del Júcar. Estas son fruto de las excavaciones manuales en las oquedades naturales que forma la roca caliza blanda y por ende fácil de trabajar, que configura el cañón del río Júcar. Así se originaban refugios seguros y bien aislados a los que se daban distintos usos, como cocheras, palomeras y aljibes, además de viviendas particulares.

Casa cueva del Castillo de Alcalá del Júcar

Estas cuevas horadadas en la roca no son fruto de la naturaleza, sino de la mano de obra local (a pico y pala).

Estas cuevas horadadas en la roca no son, por tanto, fruto de la naturaleza, sino de la mano de obra local (a pico y pala). Prácticamente todo el casco antiguo está constituido por casas cueva. Estas suelen tener una fachada principal de obra y a medida que uno se adentra en las mismas se aprecian las habitaciones excavadas en la caliza. Lo bueno, sobre todo en verano, es su temperatura constante y que oscila entre los 16 y 18ºC.

Cuevas del Diablo de Alcalá del Júcar

La estructura se puede ver en la casa cueva situada en el castillo y que está incluida en la vista al mismo. Esta es la opción por la que yo me decanté pero a medida que vas subiendo por los callejones del pueblo verás que hay indicaciones para conocer por dentro algunas de ellas. De hecho, la Cueva del Diablo es en la actualidad un restaurante e incluso tiene una discoteca y está conectada con la cueva del Rey Garadén. Luego están las Cuevas de Masagó con un túnel que se adentra en la peña donde se asienta Alcalá del Júcar y que la atraviesa para alcanzar el otro lado en el que se aprecia la impresionante hoz del Júcar. En su interior hay una bodega de vino de la Edad Media, un museo de fósiles y de numismática, junto a un bar y restaurante. Pertenece a un particular y la entrada cuesta 3 euros con consumición incluida.

En un principio, solo se componían de una habitación en donde prácticamente se desarrollaba toda la vida familiar. Allí se comía y se hacía la comida, además de dormir. El mismo fuego de la cocina era el que calentaba la estancia en invierno. También, al final de la casa cueva se guardaba el ganado.

A medida que iba subiendo (menos mal que aunque era pleno mes de julio no hacía mucho calor) no podía evitar detenerme para contemplar las vistas. Ver el pueblo desde distintas perspectivas y alturas merece la pena. Yo no dejaba de grabar y fotografiar con el móvil, pues cada estampa que se me presentaba siempre era más bonita que la anterior, esto es lo que yo sentía…

Castillo de origen árabe

El acceso al castillo es un poco lioso porque no está bien indicado o por lo menos así lo percibí. En mi caso, llegué primero a una de las entradas siguiendo unas flechas blancas que hay pintadas en el suelo y unos carteles hechos a mano que te indican el camino. Sin embargo, al alcanzar este punto te advierten que la entrada no es esa y que se ha de continuar caminando un poco más siempre hacia arriba y en este caso a la izquierda.

Castillo de Alcalá del Júcar

Finalmente llegué (no está muy lejos) y aunque es verdad que una carretera te lleva directamente a la puerta por la parte de atrás del pueblo, lo interesante es conocer la localidad andando a través de sus pasos estrechos y casas cueva.

El castillo de Alcalá de Júcar es de origen musulmán, resultado del reforzamiento fronterizo realizado en época almohade.

El castillo de Alcalá de Júcar es de origen musulmán, resultado del reforzamiento fronterizo realizado en época almohade ante el avance de Alfonso X, el Sabio, durante finales del siglo XI. Este conquistó la zona del Júcar alrededor del año 1213.

El edificio sufrió una restauración y su aspecto actual se asemeja más a las fortalezas del siglo XV, que se erigieron en la época de Don Juan Pacheco, Marqués de Villena, noble que se encargó de reconquistar esta parte castellanomanchega.

Vistas hoz júcar

Se sitúa sobre lo alto de un saliente del meandro del cañón del río Júcar y que esta corriente acuosa ha ido erosionando sobre el terreno calizo de la llanura de La Manchuela. Al entrar en el recinto amurallado descubres todo el paisaje que esconde tras de sí Alcalá del Júcar, una gran explanada protegida por escarpados precipicios, y que antaño fue asentamiento de parte de la población de la villa, pero que a día de hoy se ha transformado en un mirador y un cuidado paseo.

La visita del castillo incluye la torre del homenaje y la casa cueva que he mencionado en el apartado anterior. También hay una alternativa que incluye la visita a la plaza de toros. Esta se ve desde el castillo, y destaca porque su forma es ovalada e irregular, aparte de ser una de las más antiguas de España. Igualmente, si lo deseas, puedes verla de forma independiente.

De este modo concluí mi viaje por Alcalá del Júcar. Luego, descendí de nuevo por el pueblo hasta el aparcamiento.

¿Qué ver en los alrededores?

Alcalá del Júcar dista entre 50 y 70 kilómetros (depende de la carretera que se siga) de la capital de la provincia a la que pertenece, Albacete, y se encuentra a algo más de 100 kilómetros de Valencia. Por lo tanto, si te apetece puedes acercarte y conocer algunas de estas dos ciudades.

En los alrededores más próximos sobresalen distintos paraje naturales como el Tranco del Lobo, el embalse del Molinar y el Parque Natural de la Hoz del Júcar.

Datos prácticos y ubicación

Con niñosAparcamiento
Antes de ascender al pueblo (de pago).

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