Las Hurdes (Cáceres) es uno de esos rincones de España que hacía tiempo sentía que tenía que visitar. Tal vez por ese halo de misticismo que la rodeaba tiempo atrás o por la historia quizá algo tétrica que envolvió durante un tiempo a esta comarca de Cáceres. El caso es que una vez me acerqué a conocer esta tierra, los pueblos que la configuran ejercieron sobre mí una especie de atracción, tal vez alimentada por mi curiosidad innata y por mi afán de conocer mi país, sus costumbres y todas las curiosidades que encierra. Además de aprender la historia de este lugar, descubrí bellos parajes naturales que me sorprendieron gratamente. Desde Riomalo de Abajo hasta Ovejuela, así fue mi periplo por tierras extremeñas.
Vídeo de Viaje por Las Hurdes
Riomalo de Abajo
Riomalo de Abajo es una pedanía o alquería, que es como se denomina en esta zona, justo en el límite con Salamanca y que está integrada en el municipio de Caminomorisco. Está muy cerca del precioso Parque Natural de las Batuecas y Sierra de Francia, y que espero volver a visitar en breve para compartir con más detalle las curiosidades de este paraje.
Al pasear por las calles de este pueblo pude contemplar algunas construcciones hurdanas características. Pero lo más llamativo para mí de este rincón de Las Hurdes es su piscina natural y el cercano Meandro del Melero y el mirador de La Antigua.

En Riomalo de Abajo destaca su playa fluvial, una de las más grandes de la zona.
La piscina natural la configura el río Ladrillar, aunque antaño se conocía como río Malo. Aquí vierte sus aguas el río Alagón. La corriente de agua deja a su paso por Riomalo de Abajo grandes explanadas en ambas márgenes del río, aptas para que en épocas de calor los oriundos y visitantes puedan refrescarse en sus aguas. Se la considera una playa fluvial y es una de las más grandes de la zona.

Meandro del Melero
Este enclave se encuentra justo al inicio del pueblo y desde aquí parte el camino que se dirige hacia el mirador de La Antigua. Este es uno de los parajes naturales más impresionantes que he visto, y por ello te recomiendo que si visitas Las Hurdes te acerques a él sin el menor atisbo de duda. El Meandro del Melero es un capricho sinuoso que forma el río Alagón a su paso por este paraje ubicado en la linde entre Salamanca y Cáceres.

La carretera que lleva a este espectacular paisaje es un camino asfaltado que parte de la piscina natural de Riomalo de Abajo y está a unos dos kilómetros. En el mirador de La Antigua hay un pequeño espacio para dejar los coches, pero si te apetece puedes acceder andando. Después existe una zona habilitada mediante escaleras y rampas para personas con movilidad reducida para bajar hasta el mirador, obtener las vistas más bonitas del meandro del Melero y sacar las típicas fotos para el recuerdo. A mí me impactó mucho.
Las Mestas y el Charco de la Olla
Tras disfrutar de este increíble paraje retomamos la carretera comarcal que va recorriendo distintos pueblos de Las Hurdes como Las Mestas, Cabezo, Ladrillar, Riomalo de Arriba o Casares de las Hurdes.
Nos detuvimos brevemente en Las Mestas para ver su piscina natural llamada el Charco de la Olla, donde hay un antiguo molino. Esta localidad es conocida principalmente por sus productos apícolas y su Enebro Centenario, entre otros.

Riomalo de Arriba
A continuación visitamos Riomalo de Arriba, otra alquería que en este caso pertenece al municipio de Ladrillar. Este lugar adquirió relevancia dentro de la comarca de Las Hurdes, tras la visita del rey Alfonso XIII a la misma durante el año 1922.
Este hecho dejó una huella histórica en la región, ya que a raíz del viaje del monarca se comenzó un plan para recuperar la zona. El doctor Gregorio Marañón hizo un viaje previo con el objetivo de elaborar un informe. Tras comprobar el estado de pobreza en el que vivían las gentes de la región y el ‘hambre aguda’ que padecían y comunicárselo al rey, este decidió hacer un periplo (en su mayor parte a caballo debido a la estrechez de los senderos que unían los pueblos) semanas después acompañado del médico y otros miembros del gobierno.

A raíz de este viaje se creó el Patronato de Las Hurdes para solucionar en primer lugar los problemas de salud con los que convivían sus habitantes y después dedicarse a dotar de distintas infraestructuras a la zona.
Precisamente para rememorar este viaje, en Riomalo de Arriba parte la senda de Alfonso XIII. Desde aquí se recogen dos tramos, según reza en un cartel ubicado en una de las orillas del río: Ladrillar-Riomalo de Arriba y Riomalo de Arriba-Casares de Las Hurdes. Sin embargo, el recorrido completo es desde Casares de Las Hurdes hasta Las Mestas y supone un total de 24 kilómetros.
Riomalo de Arriba se considera una de las alquerías con una de las mejores muestras de arquitectura hurdana de la región.
Riomalo de Arriba se considera una de las alquerías con una de las mejores muestras de arquitectura hurdana de la región. Esto es algo que puedo constatar, pues lo comprobé de forma fehaciente. Aquí te animo a caminar por cada recoveco de sus estrechas calles para conocer al detalle estas construcciones, pues muchas de ellas al estar medio derruidas muestran cómo es su interior. En su mayor parte, eran muy estrechas y constaban de dos plantas. La de abajo se usaba por lo general para guardar al ganado, ya que estas gentes se dedicaban principalmente a la ganadería.

En su parte más antigua se puede apreciar todo el entramado urbano. El terreno abrupto determinó la estructura de la típica casa hurdana, pequeña y sencilla. Los materiales usados lo corroboran: pizarra, típica de la zona, y piedra. La planta es redonda o cuadrada y los techos de lanchas que crean la sensación de un caparazón de tortuga.
Se trata de casas de muy poca altura, pero esto es debido a la hostilidad del terreno que no permitía otra cosa y que apenas dejaba construir huecos hacia el exterior. Los tejados carecen de chimeneas para aprovechar el humo interior como secante y los muros al exterior se muestran lisos.

A veces surgen balcones fruto de la restauración interna de la vivienda y en muchas ocasiones sorprende la disposición de las casas para aprovechar el espacio, se encuentran tan juntas que se podría pasar a la del vecino a través de las ventanas. Son igualmente de curiosos los callejones ciegos que se pierden sin llevar a ninguna parte y las calles que no surgieron como vías de comunicación sino únicamente para separar las viviendas.
En el siglo XX, Riomalo de Arriba poseía una mina de azufre y níquel, pero se clausuró en la segunda mitad de este. Ahora, la alquería está prácticamente despoblada.
Chorrituelo de Ovejuela
El último lugar que visité en este viaje por Las Hurdes fue el Chorrituelo de Ovejuela. Ubicado en la pedanía del mismo nombre y que pertenece al municipio de Pinofranqueado, es un salto de agua de 70 metros de altura realmente bonito e impresionante. Se trata de uno de esos bellos rincones naturales de los que está repleta España y que cada vez que descubro no deja de sorprenderme.

Para acceder a él tienes que seguir las indicaciones que hay en el pueblo, pues la ruta parte desde su interior. Se trata de un camino fácil, lineal, de cinco kilómetros en total ida y vuelta, que te recomiendo hacer, pues si te gusta la naturaleza no te va a decepcionar. Ovejuela mantiene la estructura característica de los pueblos de Las Hurdes algo que descubrirás a la par que subes a la cascada.

Datos prácticos y ubicación
Generalmente encontré espacio para aparcar en todos los pueblos de Las Hurdes que visité. Donde me topé con más dificultades fue en Ovejuela, ya que solo se puede aparcar en la plaza que hay a su entrada y si hay mucha gente puede que tengas que buscar sitio antes en alguno de los márgenes de la carretera (al menos eso hice yo). En cuanto a la ruta al Chorritero de Ovejuela, aclarar que se puede hacer con niños.
| Con niños | Aparcamiento |
|---|---|
| ✅ | En líneas generales, hay espacio suficiente para aparcar en cada localidad. |
Descubre más desde Claves de Mujer Viajera
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

