A los pies de la Sierra de Guadarrama (Madrid) se halla el conocido pueblo de Buitrago de Lozoya, pero un poco más arriba hay otros pueblos que se engloban dentro de la llamada Sierra del Rincón, que a su vez pertenece a la Sierra Norte de Madrid. Me refiero a Horcajuelo de la Sierra o La Hiruela. Aunque hay muchos más, en esta escapada que hice por la serranía madrileña me acerqué a ver estas tres localidades para conocerlas más de cerca. El paisaje que las circunda es uno de sus principales atractivos.

Vídeo de pueblos y paisajes de la Sierra Norte de Madrid

Buitrago de Lozoya

De Buitrago de Lozoya lo primero que llama la atención es el acceso a su conjunto histórico que está bordeado por una gran muralla de origen árabe que a su vez rodea el río Lozoya. La Torre del Reloj es el primer monumento que se ve mientras caminas por la calle Real en dirección a la parte antigua. A mí me llamó la atención, por su altura, de 16 metros, y por el callejón al que te invita a seguir para adentrarte en la zona más antigua de la ciudad.

Tras pasar por debajo de ella y el arco mudéjar que ya forma parte de la muralla, lo primero que se ve es la iglesia de Santa María del Castillo (siglos XIV-XV). Según las fuentes escritas del siglo XVI, Buitrago tuvo otras tres parroquias más San Juan, San Miguel y San Antolín, de modo que solo habría quedado en pie la de Santa María. Hoy en día es la iglesia parroquial de la villa y para visitar su interior hay que pagar una entrada al igual que si quieres subir a esta parte de la muralla.

A continuación, todo el conjunto que forma el castillo, la muralla y el río Lozoya, es lo más impresionante. El primero es el castillo o alcázar del Marqués de Santillana, a cuyo interior no pude acceder porque se encontraba cerrado. Aún así aprendí que de este edificio destacan varias singularidades.

Por un lado, está construido sobre la muralla urbana precedente de modo que no es un edificio aislado, haciéndolo por ello diferente. El castillo ocupa una de las esquinas de la muralla para aprovechar sus muros y torres como elementos defensivos propios. El edificio se impuso sobre la muralla y el caserío de Buitrago como el poder del señor lo hizo sobre la comunidad. Fue un gesto de autoridad.

Otra de sus peculiaridades es que no seguía el modelo de castillo señorial característico del siglo XV. Por ejemplo, no hay torre del homenaje, que era lo habitual en este tipo de construcciones. La residencia del señor se ubicaba por ello en torno al patio, por lo que en este sentido era más parecido al modelo de palacio urbano.

No hay torre del homenaje, que era lo habitual en este tipo de construcciones.

Por último, su estilo mudéjar es también algo diferenciador, ya que no sigue las pautas de la arquitectura militar castellana, mucho más sobria en su conjunto. Así pues se basa en la tradición andalusí con predominio del ladrillo y los arcos con alfiz (enmarcados en un recuadro).Su planta es cuadrada y cuenta en total con siete torres imponentes, todas diferentes.

Es curiosa la coracha, una especie de prolongación de la muralla que se adentra en el río Lozoya y que permitía garantizar el acceso a la fuente principal de agua. Por aquí pasa la Cañada Real Segoviana (vía pecuaria de 500 kilómetros) y cerca se encuentra el puente del Arrabal, probablemente del siglo XV y desde el cual las vistas del recinto amurallado son preciosas. 

Los Mendoza se decantaron por un alcázar urbano de estilo andalusí en lugar un castillo señorial castellano. Fueron innovadores, pues combinaron los recursos defensivos con la amplitud y comodidad de un palacio.

Es curiosa la coracha, una especie de prolongación de la muralla que se adentra en el río Lozoya.

El castillo estaba conectado además con el coto de caza de los Mendoza, situado al otro lado del Lozoya (la Casa del Parque) que aún se conserva a través del puente que ya existía al pie de esta esquina de la muralla.

Se pueda caminar tanto por abajo como por arriba de la muralla. Desde esta última perspectiva el paisaje que configura el río a su paso por Buitrago de Lozoya es embriagador, por lo que te recomiendo que dediques un tiempo de tu visita a este pueblo de la sierra de Madrid, a pasear por sus muros mientras te dejas seducir por su magnífico entorno.

No menos llamativo es el paisaje que va surgiendo a medida que te adentras en la Sierra del Rincón. Esta se encuentra en el Norte de Madrid y ocupa aproximadamente 15.000 hectáreas. En el año 2005 se declaró Reserva de la Biosfera y la configura Horcajuelo de la Sierra, La Hiruela, Montejo de la Sierra, Prádena del Rincón y Puebla de la Sierra.

En este viaje que hice me detuve en dos de los pueblos que configuran la Mancomunidad: Horcajuelo de la Sierra y La Hiruela.

Horcajuelo de la Sierra

Horcajuelo de la Sierra es la capital y supone un ejemplo representativo de la arquitectura popular típica serrana. Desde aquí parten además varias rutas. En la zona están las llamadas Sendas Verdes, un total de 20 rutas que tanto la Comunidad de Madrid como la Mancomunidad de la Sierra del Rincón, se han encargado de señalizar para aquellos que deseen practicar senderismo por la Sierra Norte de Madrid.

De Horcajuelo de la Sierra destacan sus calles y casas sumamente cuidadas, y el entorno singular que la rodea. Una sierra diáfana plagada de tonos marrones, ocres y grisáceos que hacen que este paraje sea muy singular.

De Horcajuelo de la Sierra destacan sus calles y casas sumamente cuidadas.

Cerca, en Montejo de la Sierra, está el famoso Hayedo de Montejo, que se puede visitar solo con cita previa. Yo tuve ocasión de adentrarme en este bosque de ensueño un otoño de hace ya unos cuantos años y merece la pena, porque el espectáculo de los hayedos plagados de hojas amarillas y el suelo alfombrado con las tonalidades ocres y doradas de la esta estación es precioso.

Este pueblo de la sierra madrileña es una de las mejores muestras de conjunto arquitectónico rural de toda la Comunidad de Madrid. La sensibilidad de sus habitantes ha tenido mucho que ver pues gracias a su esfuerzo y cuidado, se ha podido mantener el legado que les han dejado sus mayores. El resultado es que las casas mantienen una imagen tradicional y se ha tratado de evitar en la medida de lo posible edificaciones que alteren el conjunto rural característico. Un ejemplo claro de este esfuerzo conjunto es la Plaza de la Comunidad de Madrid.

Otras muestras del legado rural las puedes ver en el potro de herrar o en el Museo etnológico, que se sitúa en una casa tradicional rehabilitada: fachada casi circular formada por gruesos muros de esquistos y gneis, techumbre de dos agujas de teja curva árabe e interior recubierto de barro y paja. Luego, como representación de edificio religioso,está la Iglesia de San Nicolás de Bari (estilo barroco de siglo XVII). Como siempre te digo, lo mejor que puedes hacer es caminar e ir descubriendo por ti mismo cada rincón a la par que te empapas de la belleza del entorno, que es lo que yo hice.

La Hiruela

A continuación, de camino a La Hiruela, me detuvo unos segundos en el puerto, y digo “unos segundos”, porque hacía un viento horrible, frío y además lloviznaba, pero tenía que grabar algunas imágenes de este bello páramos para poderlo compartir.

A parte de las vistas, las piedras escarpadas y puntiagudas que hay en uno de los laterales de la montaña confieren a este punto un aire siniestro a la par que atractivo, porque no deja de ser bonito a pesar de parecer yermo e inhóspito. Es uno de esos paisajes serranos que te hace encogerte y sentirte pequeño ante la madre naturaleza.

Tras esta breve parada, el siguiente destino fue La Hiruela. Aquí fue curioso que a la entrada del pueblo había un grupo de voluntarios en defensa de la biosfera que a todos los visitantes nos estregaban una bolsa biodegradable para depositar los desperdicios. Nos explicaron que el pueblo carecía de papeleras porque los animales de la zona bajaban a hurgar en ellas, por lo que se decidió quitarlas. De este modo, y con el objeto de informar y mantener limpio el pueblo estaban realizando una campaña de información.

La Hiruela es igualmente un bello ejemplo de arquitectura rural de la zona, con piedra oscura y calles empedradas. Junto a Horcajuelo de la Sierra es uno de los mejores pueblos conservados de la Sierra del Rincón de Madrid.

La Hiruela es igualmente un bello ejemplo de arquitectura rural de la zona, con piedra oscura y calles empedradas.

La localidad tiene dos calles paralelas unas más arriba que la otra, y se ve rápidamente, pero ofrece distintas alternativas de ocio para descubrir con más detalle cómo se vivía antaño en este pequeño enclave del Madrid rural.

Desde aquí parten varias sendas que están bien identificadas y algunas de las cuales se pueden hacer con niños. El Ayuntamiento ofrece hacerlas con guía por un precio de tres euros por persona según se indica en su página web. Se trata de sendas interpretativas donde te dan a conocer aspectos característicos del pueblo como el Molino Harinero, que está a orillas del río Jarama y a unos 800 metros del casco urbano.

Es posible ver un colmenar antiguo y una carbonera tradicional. Este último es un proyecto del año 2016, que se desarrolló entre el Ayuntamiento de La Hiruela, y la Consejería de Cultura y Deporte de la Comunidad de Madrid. La carbonera es un referente etnográfico de gran interés porque fue uno de los principales pilares de subsistencia de la vida tradicional de La Hiruela: el carbón.

Chorrera de los Litueros

Para culminar este viaje por los pueblos de la Sierra del Rincón te propongo que te acerques a ver la Chorrera de los Litueros. Yo lo hice otro día distinto, aprovechando que iba bien cargada de agua, por que no siempre lo está, depende de la época del año y de si ha llovido recientemente o no. Pero si es así merece la pena verla de cerca. Está a unos 30 kilómetro de La Hiruela, y es una de las cascadas más altas de Madrid.

Datos prácticos y ubicación

Con niños	Aparcamiento
✅	En todos los pueblos y en el caso de la Chorrera se puede aparcar con comodidad (en temporada alta en La Hiruela puedes tener algún problema).