Wamba es un pueblo vallisoletano cuyo nombre, aunque pueda parecer lo contrario, no es lo más curioso. Además de ser la única localidad de España que empieza por w, posee el osario más grande del país. Esta singularidad fue la que me llevó a acercarme a este rincón castellano, pero una vez allí me llevé sorpresas…
Vídeo del Osario de Wamba
El pueblo de Wamba
Este pueblo se halla a unos 20 kilómetros de Valladolid. Unas letras grandes blancas con su nombre bien grande, Wamba, nos reciben en un margen de la carretera y ratifican que hemos llegado a nuestro destino. La estatua del rey visigodo al que debe su nombre aparece inmediatamente mostrándonos el camino hacia el famoso osario.
Este no tiene pérdida pues está señalado con varios carteles. La Iglesia de Santa María o María de la O, es la que esconde este tesoro.
El silencio del entorno y la puerta cerrada a cal y canto no auguraban nada bueno.
Nosotros llegamos un poco antes de las 11 de la mañana, hora que según una información que vimos en Internet era la de apertura. No obstante, en la puerta de entrada del templo ponía que estaba cerrado al igual que la oficina de turismo.
Estuvimos esperando un rato pues había más personas que como nosotros estaban allí con la intención de conocer el osario. El silencio del entorno y la puerta cerrada a cal y canto no auguraban nada bueno. Pregunté a un lugareño que paseaba a su perro por allí. Me dijo que ya no se hacían visitas al osario a no ser que hubiera algún grupo.

Ya arrancado el coche, dispuestos a irnos, bastante decepcionados por haber hecho el viaje en balde, se nos acercó el wambeño para decirnos que iba a ir un grupo. La suerte estuvo de nuestro lado.
El hombre nos dijo que la que hacía de guía ese día era una concejala, pero en otras ocasiones se encargaba una persona licenciada en arte. Por ello, nos aconsejó prudencia a la hora de considerar sus explicaciones.
La iglesia románica de Santa María (s.X-XII) guarda en su interior varios elementos singulares.
Antes de entrar hablamos con los que esperaban al igual que nosotros y nos dijeron que la guía les había dicho que podrían entrar con el grupo. Al poco apareció esta con unas cuantas personas que estaban terminando la visita y le pregunté si podíamos unirnos al siguiente turno. Me dijo que sí, aunque pareció un poco molesta.
Al final vino el famoso grupo y una vez pasó al interior del templo nos dejó entrar al resto. Eso sí, previo pago de 2,50 euros (por entrada).

Iglesia de Santa María de Wamba
La iglesia románica de Santa María (s.X-XII) o de Santa María de la O , guarda en su interior varios elementos singulares y esto me llamó la atención. Es sencilla pero a su vez encierra una amalgama de estilos: visigodo, mozárabe y románico.
Es una de las iglesias vallisoletanas más antiguas y algunos dicen que tiene un origen visigótico. De la época mozárabe son los arcos de herradura y los capiteles con ornamentos vegetales y pilastras.

En el siglo XII pasó a manos de la Orden de los Hermanos Hospitalarios. El templo se amplió entonces siguiendo un estilo románico-ojival. Se crearon tres naves sobre pilares cruciformes y arcos apuntados. En estos se aprecian capiteles románicos con representaciones que cuentan historias de todo tipo.
Es una de las iglesias vallisoletanas más antiguas.
A continuación, está la llamada capilla de doña Urraca en cuyos muros se conservan parte de las pinturas que adornaban la estancia. En su centro hay una columna cubierta por una bóveda con forma de palmera aunque hay quienes consideran que se asemeja más a una representación del “árbol de la vida”.
Después hay una puerta que va a dar a lo queda del claustro, el patio y la famosa capilla del osario.

El famoso osario de Wamba
El osario me pareció más grande en las fotos, y eso que es el de mayor tamaño de España. Lo que más me impresionó es cómo miles de huesos y calaveras de diferente tipo, tamaño y condición, se mantienen perfectamente unidos, ajenos al paso del tiempo, permaneciendo en la misma posición encajados como a presión.
Hay cerca de 2.000 restos, pero parece ser que hubo más.
Hay cerca de 2.000 restos, pero parece ser que hubo más. En los años 50, el doctor Gregorio Marañón, se llevó entre dos y tres camiones, según la versión, para analizarlos y después no se devolvieron. Él determinó que había restos de mujeres y niños, de modo que la teoría de que solo pertenecían a los monjes de la orden hospitalaria, quedó descartada.

Su origen es incierto, y al ser un lugar íntimamente relacionado con la muerte, ha dado lugar a todo tipo de conjeturas y leyendas.
La guía explicó que era una capilla de reflexión de los monjes. De hecho en una de las paredes se lee un escatológico epitafio: Como te ves, yo me ví. Como me ves, te verás. Todo acaba en esto aquí. Piénsalo y no pecarás.
Entre las calaveras destaca la de la mujer sonriente…
Como el espacio es pequeño hay que entrar poco a poco. Como mucho caben unas seis o siete personas. Entre el aterrador grupo de huesos sobresalen algunas calaveras por sus tremendas expresiones, y entre ellas destaca una a la que llaman la mujer sonriente, pues muestra una enorme apertura de la boca mostrando una sonrisa macabra.

¿Cómo fue la vida de los que reposan para siempre en este osario? Es todo un misterio… Pero lo que sí está claro es que así todos nos veremos, nos guste o no.
Datos prácticos y ubicación
Es recomendable llamar antes de acudir, pues si no hay visitas programadas tal vez esté cerrado.
| Con niños | Aparcamiento |
|---|---|
| ✅ | En el pueblo o en la plaza donde se halla la iglesia. |
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