Peñalba de Castro, en Burgos, acoge un yacimiento arqueológico que me sorprendió, especialmente por el buen estado de conservación en el que se encuentran parte de sus tramos y la increíble e interesante historia que recoge. Pese al origen celtibero de la Colonia de Clunia Sulpicia, ya que fueron los arévacos (pueblo prerromano) quienes se asentaron primero en este enclave, las ruinas que hoy se contemplan son romanas. De hecho, todo lo que se sabe en la actualidad de esta ciudad proviene de fuentes romanas. Algunos de estos vestigios que se pueden atisbar en la actualidad impresionan por sus magnitudes y por todo lo que desvelan en cuanto a la estructura de las urbes del Imperio Romano. Me refiero a su sistema de termas, al teatro o sus mosaicos, entre otros.

Vídeo de Clunia Sulpicia

Centro de Interpretación 

Las visitas a la ciudad de Clunia se pueden hacer por libre o guiadas. Si se opta por esta última opción es necesario hacer una reserva previa (mira en su web). El acceso se encuentra tras la curva de la carretera que te lleva directamente al yacimiento y surge de la comarcal BU-925. La caseta de información está nada más entrar y es en este punto donde debes adquirir las entradas sin aparcar el coche. Aquí te entregan un folleto en cuyo interior hay dibujado un mapa y en el que te marcarán los distintos lugares donde deberás detenerte y estacionar el vehículo. En total son tres paradas.

La primera aparece enseguida, en un desvío a mano izquierda y en el que se halla el Centro de Interpretación. Este se encuentra dividido en distintos espacios. En el primero explican varios aspectos relativos a cómo eran las ciudades romanas y las utilidades y finalidades de determinados edificios como las termas (thermae) o las casas (domus). En la planta inferior (fuera de este primer recinto), hay una habitación donde se proyecta un vídeo donde se cuenta la historia de la ciudad.

En esta sala descubrirás además la historia de la Cueva de Román, que esconde un Santuario Priápico (descubierto en 1982 a través de inscripciones, figuras, máscaras…) y que realmente es una auténtica obra de ingeniería. De hecho, se sabe que “los romanos transformaron y acondicionaron el sistema de lagunas subterráneas de esta cavidad, conectándolas para aumentar la capacidad y facilitar su control, convirtiéndose en el verdadero depósito de agua de la ciudad”.

Los romanos se toparon con un sistema kárstico entre 15 y 20 metros por debajo de la meseta que almacenaba agua en grandes cantidades.

Así, con este hallazgo los romanos se toparon con un sistema kárstico entre 15 y 20 metros por debajo de la meseta que almacenaba agua en grandes cantidades y que permitía abastecer a toda la ciudad. Para ello utilizaron varios métodos, destacando la excavación de pozos. En concreto, se han localizado 16 y se cree que cada uno tenía usos diferentes, como la extracción de agua, el acondicionamiento y la perforación del subsuelo e incluso para conducir y almacenar el agua de la lluvia en alguna laguna. En definitiva, los pozos fueron un elemento importante para la extracción hídrica, llegando desde el exterior, hasta las galerías que estaban acondicionadas para ello.

Igualmente, en otra sala, podrás apreciar la enorme estatua de la diosa Fortuna (construida en el siglo I de nuestra era), que formó parte de la decoración y el programa iconográfico del teatro. El proceso de restauración fue bastante complejo pues se encontraron más de 200 fragmentos esparcidos de ella a lo largo de las ruinas y cada una en distinto estado de conservación.

La ciudad

El siguiente lugar en el que deberás dejar el coche es en el aparcamiento que da acceso a la ciudad de Clunia. La urbe es muy amplia y si quieres detenerte, ir tranquilo y leer los distintos paneles explicativos, la visita te puede llevar perfectamente alrededor de una hora.

De esta zona, lo que más me impactó fueron los mosaicos (que no siempre están descubiertos, solo en los meses de verano, para preservarlos mejor) y el conjunto termal «Los Arcos I» (los primeros restos que hay en esta parte del yacimiento, aunque yo fue lo último que vi).

Los mosaicos están en diferentes construcciones. Hay uno muy llamativo en la casa de Taracena, un conjunto de tipo doméstico que abarca toda una manzana de la ciudad y que es lo primero que te encuentras a la derecha del estacionamiento para vehículos una vez que caminas hacia el frente. El conjunto de mosaicos que puedes ver es original. Todos se levantaron y se restauraron en el momento de su descubrimiento. Sin embargo, hay una excepción, el de la exedra en el sector noroeste, ya que el auténtico se exhibe en el Museo Arqueológico de Madrid.

Se trata de mosaicos policromos hechos con materiales locales como los mármoles de Espejón, que suministraron las gamas de amarillos y violetas. Los motivos decorativos reflejan las tendencias de la época, es decir, composiciones geométricas, sobre todo, y algún dibujo naturalista (pero estos, escasos).

Los mosaicos son policromos, hechos con materiales locales como los mármoles de Espejón, que suministraron las gamas de amarillos y violetas.

Más adelante, enfrente del foro y las tabernas (locales comerciales), tras la ermita, se sitúa el mosaico de las Cráteras (siglo II d.C.). Esta obra de arte se aprecia con una gran definición y su tamaño resulta llamativo.

Las Termas “Los Arcos I”, se sitúan tras pasar el aparcamiento siguiendo la carretera de subida a la ciudad. Constituyen el edificio más representativo del conjunto termal. Lo puedes contemplar primero desde un pequeño montículo que hay a su frente y te aseguro que desde lo alto sus dimensiones impresionan.

Luego, una vez te adentras en el mismo está muy bien porque en los carteles se detalla cómo era su estructura, dónde estaban las piscinas o de qué modo calentaban el agua. Su planta responde a una organización simétrica que facilitaba la utilización simultánea del baño romano. Destacar que se hallaba separada por sexos en dependencias concretas.

Teatro

Al teatro se puede bajar andando desde los restos de la ciudad, pero hay una explanada para dejar el coche justo a su frente. Para disfrutarlo en toda su magnitud te recomiendo que bajes hasta el escenario y así puedas sentir desde distintos ángulos cómo eran este tipo de construcciones. Es lo que yo hice y si me preguntas desde qué punto impacta más no sabría responderte. Esto es algo que cada uno debe experimentar por sí mismo.

La fachada escénica estaba formada por dos pisos de columnas corintias donde había varias esculturas.

Una de las cosas en las que te debes fijar es en las gradas, pues parte de ellas se apoyaban sobre la ladera y otras estaban talladas sobre la roca. La fachada escénica estaba formada por dos pisos de columnas corintias donde había varias esculturas (debía ser maravilloso, ¿te lo imaginas?). En lo alto del escenario, se situaba un tornavoz inclinado de madera, lo que permitía que el sonido llegase a la parte más elevada del graderío.

A lo largo del siglo II d.c. se transformó y se convirtió en un lugar de espectáculos de fieras y luchas. Actualmente, se sigue usando para diversos actos, entre ellos el Festival de Verano y el Festival Juvenil de Teatro Grecolatino.

En este punto concluye la visita y solo nos resta volver a coger el coche y salir por el mismo lugar por el que entramos. Aunque se puede ver durante todo el año en los meses de verano el horario se amplía y se organizan visitas teatralizadas, pero para obtener una información más precisa te aconsejo que eches una ojeada a su página web.

Qué ver en los alrededores

A unos 18 kilómetros del yacimiento, por la carretera BU-925, se halla la localidad de Peñaranda de Duero. Se trata de un bonito pueblo con un castillo y una plaza muy cuidada y pintoresca. Este lugar lo descubrí de casualidad y me llevé una grata sorpresa al conocerlo, por eso te lo recomiendo.

Ubicación y datos prácticos

A lo largo del recorrido hay tres aparcamientos como ya he comentado, y yo no tuve dificultades a la hora de estacionar el vehículo.

Con niños	Aparcamiento
✅	Hay tres durante el trayecto.

En el mapa aparece la ubicación de Peñalba de Castro, que es donde se sitúa este emplazamiento y el punto que me ha dejado marcar Google Maps.