El Parque Natural del Alto Tajo es muy extenso. Yo desconocía sus verdaderas dimensiones hasta que lo he ido descubriendo poco a poco en varios viajes y a través de los paisajes y las poblaciones que lo configuran. En total está formado por 44 municipios de Guadalajara y Cuenca, y comprende más de 160.000 hectáreas. De este paraje natural son varias las zonas que he recorrido y que intentaré ir mostrando en diversos artículos. En este en concreto, me voy a centrar en distintos puntos de Guadalajara: Trillo, el Mirador del Alto Tajo, el Salto de la Poveda, la Laguna de Taravilla, y el Barranco de la Hoz junto a la Ermita de la Virgen de la Hoz y su entorno.

Vídeo del Parque Natural del Alto Tajo

Trillo y las cascadas del río Cifuentes

Comienzo este apasionante recorrido por el Parque Natural del Alto Tajo acercándome a ver Trillo. De este municipio lo más atractivo para mí son las Cascadas del Río Cifuentes. Se trata de varios saltos de agua que forma en el último tramo de su cauce este río para al final desembocar en el Tajo, y que atraviesan el casco urbano del pueblo. Para poderlos ver bien se ha habilitado un paseo de unos 500 metros donde se pueden contemplar las cascadas, que si están rebosantes de agua son estrepitosas y ruidosas, como no podría ser de otro modo, pero no por ello menos hermosas.

De hecho, su singularidad llamaron la atención del escritor Camilo José Cela, que menciona el río y sus cascadas en su famosa obra literaria Viaje a la Alcarria. Las tres tienen su nombre: Cascada del Molino, Cascada Pequeña y Cascada del Mesón.

En este río se pueden contemplar especies de peces autóctonos como la trucha común o el barbo común.

Desde la primera cascada ya se contempla el que se considera como el edificio más antiguo de Trillo, la Casa de los Molinos.

Desde la primera cascada ya se contempla el que se considera como el edificio más antiguo de Trillo, la Casa de los Molinos y que hoy alberga el Museo Prometeion sobre el Hombre y la Energía. Por lo que se explica en la ruta, el río Cifuentes llegó a tener unos diez molinos, ocho de ellos harineros y dos aceiteros, y algunos se ubicaban en la misma localidad.

El río Cifuentes llegó a tener unos diez molinos.

En los molinos harineros se molía el cereal para obtener harina, y en los aceiteros se trituraba la aceituna con grandes piedras cónicas para obtener aceite.

El caso es que la fuerza del agua se aprovechaba para desempeñar diversas tareas y esto fue algo que también sucedió en Trillo, ya que gracias a ella se establecieron serrerías (por el comercio de la madera en torno al Alto Tajo, de hecho hasta aquí bajaban los gancheros con enormes troncos), centrales hidroeléctricas (hubo dos en el pueblo), batanes y una fábrica de paños (establecida en 1846 y de gran renombre por las telas que se producían), una martinete de cobre (para forjar y moldear metales, sobre todo, el cobre) y una fábrica de papel.

Nada más cruzar el emblemático puente medieval de Trillo, el río Cifuentes termina su curso para desembocar en el río Tajo, protagonista indiscutible de este bello paraje natural.

El río Cifuentes termina su curso para desembocar en el río Tajo.

Salto de la Poveda y Laguna de Taravilla

A continuación me dirigí hasta el salto de la Poveda y la Laguna de Taravilla. Primero se ve la laguna, pues el aparcamiento para acercarse al salto de agua se halla justo al lado de ella. Esta laguna está alimentada por un arroyo y no es la única del Parque Natural del Alto Tajo, pero sí es una de las que posee mayores dimensiones. Además, tiene alrededor de 11 metros de profundidad.

Para llegar al Salto de la Poveda deberás seguir las indicaciones pues se halla al otro lado de la laguna. El camino es bastante rocoso y abrupto, aunque no muy largo, al menos hasta el salto. Después de llegar a este se puede continuar caminando y verlo desde un mirador que hay a su frente. Si lo deseas, la ruta continúa de modo que podrás contemplar la cascada justo desde el lado opuesto y pasar por el Puente Colgante del Alto Tajo.

El río Tajo posee numerosos afluentes que dan lugar a profundos barrancos.

Luego te aconsejo que sigas por la pista forestal de la Laguna de Taravilla, pues descubrirás el Parque Natural del Alto Tajo en todo su esplendor. Durante este trayecto hay varios miradores. El río Tajo posee numerosos afluentes que dan lugar a profundos barrancos que se atisban entre la profusa vegetación. El Barranco del Horcajo es uno de ellos, pero existen otros especialmente llamativos.

Barranco de la Hoz

A continuación, siguiendo la comarcal CM-210 en dirección a Ventosa, fui hacia la Ermita de la Hoz en Corduente y su peculiar Barranco. Además, aquí hay un espacio agradablpara comer o merendar junto al río Gallo, que es la corriente fluvial que moldea este paisaje.

Antes de llegar a la ermita, las formaciones rocosas que van surgiendo a ambos lados de la carretera llaman la atención. No solo por sus formas, sino por el color rojizo que las caracteriza y que a mí por ejemplo me recuerda a otras zonas de España, como el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno en Teruel.

Las formaciones rocosas que van surgiendo a ambos lados de la carretera llaman la atención.

A medida que nos acercamos al santuario destacan algunas rocas a las que se ha puesto nombre como el Huso, delgada y plana, o la Rueca, un piedra de enormes dimensiones frente al templo. Y una vez dentro de este destaca la Cobertera, que sobresale sobre el resto y da la sensación de que se va a caer.

Mientras te vas acercando las rocas adquieren un gran protagonismo y una vez en la ermita, son más impresionantes aún.

El Santuario alberga una ermita con la imagen de la Virgen de la Hoz, que según cuenta la leyenda encontró un joven de Ventosa mientras buscaba una oveja o una vaca, no está muy claro, en el siglo XII. El pastor encontró la figura de Nuestra Señora de la Hoz escondida en la naturaleza para que no fuera profanada ni destruida por los árabes. Desde entonces se decidió construir un santuario que rememorara el hecho y que permitiera rendir culto a los fieles. El rincón donde se halló la imagen se puede ver, pues se sitúa tras atravesar la ermita. Una vez dentro está indicado.

Al lado del templo religioso hay algunos edificios construidos posteriormente como una antigua hospedería y una fuente.

Después, desde aquí yo subí al Mirador del Barranco de la Hoz, que forma parte de una ruta que tiene su inicio en el Centro de Interpretación del Parque Natural del Alto Tajo en Corduente, y con una extensión de nueve kilómetros. No obstante, yo preferí seguir el camino desde la ermita y así contemplar las vistas que ofrece este espectacular ascenso. No es muy largo pero requiere algo de esfuerzo e ir bien preparado porque el terreno es pedregoso y estrecho.

A lo largo del mismo podrás ver olas petrificadas o rizaduras, que son las marcas de las ondulaciones causadas por corrientes de agua conservadas en las rocas. Pero también huellas de raíces a través de marcas blancas en las areniscas que hay en el camino. Se trata de galerías de gusanos y de los huecos que ocupaban algunas raíces, y a cuyo alrededor se concentraban sales. Te aconsejo que explores por todos aquellos recovecos que te permite la ruta porque hay cavidades y rincones que ofrecen panorámicas preciosas.

Al llegar a la parte más alta, el mirador del barranco del río Gallo, se aprecia todo el Rodenal o Barranco de la Hoz en su magnitud.

Al llegar a la parte más alta, el mirador del barranco del río Gallo, se aprecia todo el Rodenal o Barranco de la Hoz en su magnitud. Está configurado principalmente por bosques mixtos de pino rodeno o resinero y de roble rebollo o marojo.

Las rocas rojizas de torreones y paredes son areniscas y conglomerados formados en el Triásico Inferior, es decir, de hace más de 230 millones de años. Estas rocas así dispuestas definen la unidad ambiental conocida como El Rodenal.

Puente de San Pedro y Mirador del Alto Tajo

De camino al Mirador  del Alto Tajo, te toparás con el Puente de San Pedro, que une los ríos Tajo y Gallo. Es un lugar perfecto para el baño durante los meses de verano. Las aguas de los dos ríos se mezclan formando en ocasiones una curiosa amalgama de colores.

El Puente de San Pedro, une los ríos Tajo y Gallo.

Por último, llegué al Mirador del Alto Tajo de Zaorejas. Las vistas desde este lugar son impresionantes. Desde este punto se vislumbra cómo discurre el río Tajo rodeado de un espectacular paisaje de cortados rocosos y escalonados.

Yo me quedé un buen rato sentada en una de las rocas salientes, pues hacía un día precioso y el intenso verde de la vegetación junto a la llamativa tonalidad del agua del río que bajaba caudaloso, el cielo más azul que nuca y las rocas grisáceas de las paredes tobáceas, me sugerían que permaneciera allí un buen rato, y eso fue lo que hice.

Datos prácticos y ubicación

Con niños	Aparcamiento
Tengo dudas respecto a la rutas propuestas, sobre todo, en el caso de niños muy pequeños. Pero los pueblos, la laguna de Taravilla, el Puente de San Pedro, el Mirador o la visita general al Parque, sí se pueden ver con pequeños.	En todos los lugares citados hay zonas habilitadas para aparcar.

En el mapa he puesto el inicio de este paseo por el Parque Natural del Alto Tajo que te propongo.